Malasia es un país de contrastes, dividido por la mitad por el Mar de China Meridional. Por un lado, los tesoros coloniales, las islas tropicales y los paisajes urbanos modernos cautivan; mientras que en Borneo, las selvas tropicales y los animales salvajes dominan el paisaje. Malasia está coronada por su elegante capital, Kuala Lumpur, donde reinan las Torres Gemelas Petronas, las Cuevas Batu y la tentadora comida callejera. En la histórica Malaca, los sitios del Patrimonio Mundial de la UNESCO luchan por llamar la atención; Kota Kinabalu magnetiza a los viajeros con ardientes puestas de sol y una vibrante escena artística; en Penang, las joyas coloniales de Georgetown complementan la mejor comida del país; y en las playas de arena blanca de Langkawi, los juerguistas y los amantes del relax se empapan del ambiente isleño. Las oportunidades para aventuras al aire libre abundan: camine por las plantaciones de té esmeralda de las tierras altas de Cameron, camine hasta la cumbre ardiente del volcán Monte Kinabalu o explore la selva tropical rica en fauna del Parque Nacional Taman Negara. Los amantes de la naturaleza pueden visitar elefantes rescatados en el Santuario de Elefantes de Kuala Gandah, observar orangutanes en la densa jungla de Borneo o ver una exhibición deslumbrante de luciérnagas en la laguna de Kuala Selangor. Además, la proximidad de Malasia a Tailandia, Singapur e Indonesia no solo la convierte en una plataforma de lanzamiento ideal para viajar por el sudeste asiático, sino que también crea un fascinante tapiz cultural que garantiza emocionar y encantar.