Buenos Aires combina claramente la herencia europea y el ardiente encanto latino con la clase cosmopolita. Como el corazón político y cultural del país, Buenos Aires ofrece una introducción a las muchas delicias de Argentina: este es el lugar para probar el té de yerba mate en un café local, aprender a bailar tango, disfrutar de un jugoso asado (bistec a la parrilla) y divertirse hasta el amanecer. Los visitantes pueden encontrar una buena introducción a la ciudad en la Casa Rosada, un telón de fondo de gran parte de la historia de la nación, y en la Catedral Metropolitana, la antigua catedral del Papa Francisco. Desde allí, hacia el sur, los viajeros se acercan a los animados mercados callejeros y los espectáculos de tango de San Telmo, y las coloridas casas del barrio de La Boca, sede del estadio de fútbol La Bombonera. Los viajeros inteligentes que se dirigen a La Boca deben ser precavidos o realizar una visita guiada, ya que puede ser peligroso caminar solos. Al norte del corazón de la ciudad, la elegante zona de Palermo ofrece almuerzos tranquilos y la oportunidad de pasear por Bosques de Palermo, mientras que la cercana Recoleta es una parada popular en los recorridos a pie para aquellos que desean dejar flores en la tumba de Eva Perón. A lo largo de la costa, los modernos rascacielos de Puerto Madero marcan el centro financiero de la ciudad, pero para ver la ciudad desde el nivel del suelo, se realizan recorridos en bicicleta por el parque ecológico adyacente. Para saborear la zona más tranquila de los alrededores, escápate a Tigre para recorrer su pintoresco delta o toma un ferry sobre el Río de la Plata hacia Uruguay para explorar la tranquila capital de Montevideo.