Un archipiélago encantador de más de 7.000 islas, Filipinas ofrece montañas envueltas en niebla, playas de arena blanca y agua con tonos de joyas en el sudeste asiático. A menudo menos conocida que sus vecinos de Indonesia, Malasia y Tailandia, Filipinas atrae a viajeros que buscan apartarse de los caminos trillados. Tanto las ciudades como las áreas menos pobladas te atraen: obtén una buena dosis de historia colonial y caos metropolitano en un recorrido por Manila; camine en medio de asombrosos paisajes naturales en viajes guiados al volcán Taal y Tagaytay Ridge; Maravíllate con las colinas de chocolate de Bohol, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO; o escapar de la locura de la vida moderna en Palawan, donde la isla Coron y el lago Kayangan brindan un retiro sereno en un ecoturismo. Las cuevas del Parque Nacional del Río Subterráneo de Puerto Princesa brindan amplias oportunidades para observar la vida silvestre; mientras que Cebu City, la próspera capital portuaria de la provincia de Cebu, sirve como un excelente punto de partida para Moalboal, donde los mochileros acuden en masa para bucear, beber y cenar. Desde Manila, los recorridos por el Fuerte Santiago (construido por un conquistador español) y la Isla Corregidor (fortificada durante mucho tiempo contra los ataques) revelan la rica historia de Filipinas. Desde Oslob, los nadadores fuertes pueden bucear junto a tiburones ballena en aguas cristalinas. Y desde el malayo, los amantes del sol pueden pasar el día saltando entre los islotes que rodean la isla de Boracay, el epítome de un paraíso costero.