La Izmir moderna es la tercera ciudad más grande de Turquía y, a primera vista, puede parecer un poco desorientadora y poco digna de ser amada. Sin embargo, rasca la superficie y descubrirás las joyas antiguas de Izmir: las ruinas del castillo de Alejandro Magno, los restos del antiguo ágora (bazar) y, en las afueras de la ciudad, los sitios arqueológicos que, en la época griega y romana, se encontraban entre los las ciudades más grandes del mundo.
Día 1: Esmirna Sights Pasee por el ágora antiguo maravillosamente conservado, que alguna vez fue un bullicioso bazar romano. Desde aquí, visite el castillo Kadifekale de Alejandro Magno, que domina el ágora desde lo alto de una colina y tiene vistas de toda la ciudad. Ponlo todo junto en una visita a los museos Arqueológico y Etnográfico vecinos para ver las antigüedades mejor conservadas de las ciudades antiguas de la región.
Día 2: Ruinas antiguas A solo 80 kilómetros de Izmir se encuentran las ruinas de una de las ciudades más grandes del mundo: la antigua ciudad griega de Éfeso. Clasificada como una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo, las increíbles ruinas de Éfeso incluyen el Templo de Artemisa, la Biblioteca de Celso, el Teatro, la Cueva de los Siete Durmientes, la Iglesia de María, la Casa de la Virgen y el Templo de Adriano. Solo se necesita una pequeña cantidad de imaginación para ayudarlo a imaginar cómo era la vida de los antiguos griegos y romanos.
Día 3: Piscinas termales La espectacular Pamukkale es otro sitio de visita obligada para los visitantes de Izmir. Estas increíbles cascadas de piedra caliza son creadas por una acumulación natural de carbonato de calcio, que hace que los acantilados parezcan cubiertos de hielo. Ya no puede darse un chapuzón en las piscinas de Pamukkale, pero visite la antigua ciudad vecina de Hierápolis y podrá nadar en la Piscina Sagrada calentada térmicamente entre los restos de antiguas columnas romanas.