El archipiélago portugués de Madeira presenta paisajes costeros salvajes y un encanto tranquilo, y deleita a los aventureros al aire libre con una gran cantidad de actividades. Conocida cariñosamente como la Perla del Atlántico, la isla de Madeira ofrece a los amantes de las emociones fuertes la oportunidad de realizar un recorrido en barranquismo en Ribeira das Cales o una excursión a pie por el Parque Forestal de Queimadas, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, cuyos bosques de cuento de hadas cuentan con lagunas verde esmeralda y cascadas. El tamaño relativamente pequeño de la isla significa que incluso los viajeros con poco tiempo pueden disfrutar de la mayoría de sus delicias: realice un recorrido turístico por Funchal, la pintoresca capital del archipiélago, para descubrir los monumentos coloniales a su propio ritmo; o marque las principales atracciones como el Valle de las Monjas (Curral das Freiras), el Pico do Arieiro, que ofrece vistas espectaculares de la isla, y la iglesia de Nossa Senhora do Monte en un recorrido turístico de día completo en jeep o minibús. Desde Funchal, las excursiones de un día a la costa suroeste revelan las piscinas naturales de Porto Moniz, las cuevas volcánicas de São Vicente y Cabo Girão, uno de los promontorios más altos de Europa. Observe ballenas o delfines en un paseo en barco; o excite su paladar en un recorrido por los viñedos donde degustará el famoso vino de Madeira. Disfrute de los espectaculares paisajes naturales de la región en una excursión de senderismo o camine por las “levadas“ (caminos de canales) en el bosque de Laurissilva.