Construida originalmente durante el siglo XVII cuando Panamá estaba bajo el control de la corona española, esta mansión blanca neoclásica en el Casco Viejo fue una aduana durante un tiempo antes de que se convirtiera en la residencia presidencial oficial en 1922.
Para ver el interior del palacio (y echar un vistazo a las aves de compañía del presidente), deberá reservar un recorrido gratuito al menos con dos semanas de anticipación. Estos recorridos llevan a los visitantes a través de los dos primeros pisos del palacio, incluida una sala ceremonial donde se firman los documentos oficiales del estado. Si tiene suerte, incluso puede recibir un saludo del presidente o la primera dama. Si no tiene un recorrido reservado, es posible que algunos guardias le permitan echar un vistazo al patio. Algunos recorridos por la ciudad paran fuera del edificio en el casco histórico, donde puedes contemplar su fachada neoclásica.