Entre calles laberínticas, un mar interminable de tráfico y mercados abarrotados, la antigua capital de Vietnam puede resultar abrumadora al principio. Pero justo debajo de la superficie, encontrará la rica herencia de Hanoi y las orgullosas tradiciones culturales que esperan ser descubiertas. Comience su recorrido por la ciudad en el atmosférico casco antiguo, donde innumerables tiendas de artesanía y puestos de comida se alinean en docenas de estrechas “calles comerciales“. Alrededor del lago Hoan Kiem, edificios coloniales franceses bellamente restaurados, incluida la Gran Ópera y el Palacio Presidencial, amplios bulevares majestuosos y una pasarela pintada que conduce al antiguo templo confuciano de Ngoc Son en el lago. Obtenga más información sobre el líder más influyente de Vietnam en el complejo de Ho Chi Minh, donde puede ver la antigua casa sobre pilotes del “Tío Ho“, así como sus restos terrenales (alojados en el mausoleo). No se pierda el Templo de la Literatura, construido en el siglo XI como la primera universidad del país, o el excelente Museo de Etnología. Realice un recorrido de degustación para probar la mejor comida callejera de Asia, que puede incluir el clásico bun cha (cerdo asado a fuego lento servido con fideos de arroz, hierbas y lechuga), seguido de café vietnamita espeso, dulce y altamente adictivo. Disfrute de un espectáculo tradicional de marionetas de agua y un paseo en ciclo (taxi de tres ruedas), y pronto se sentirá como en casa en Hanoi. Cuando esté listo para explorar más lejos, Hanoi es un centro de transporte fácil: cruceros en bote basura en la bahía de Halong, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, están a solo unas horas de distancia, mientras que al sur de la capital, los lugares destacados incluyen la Pagoda del Perfume, la Pagoda Bai Dinh y las grutas de Trang An.