Desde Bruselas podrá saltar la frontera al diminuto Luxemburgo. A tan sólo 2 horas, disfrutará de un paseo en coche por paisajes espectaculares como los de Dinant, o las montañas de Ardennes. Bastonge es parada obligatoria para los amantes de la Segunda Guerra Mundial, donde ahora se puede visitar el Monumento Mardasson.
Tras cruzar la frontera con Luxemburgo, la carretera bordea el río Moselle, que se caracteriza por sus viñedos empinados y castillos asentados sobre acantilados. Parecen sacados de un cuento de hadas. El país sólo mide 82 km de largo por 57 km de ancho, y su minúscula capital, también llamada Luxemburgo, se extiende por el desfiladero del río Alzette y Petrusse.
Esta encantadora ciudad está cubierta de castillos, palacios, grandes catedrales, y casas antiguas Patrimonio de la Humanidad. Entorno al casco antiguo encontrará numerosos museos de historia, centros comerciales y los rascacielos de diferentes sedes bancarias.
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